A la rica longaniza!
Uno de los atractivos de la comarca de la Ribagorza es su excelente gastronomía, con productos tan típicos como las longanizas. En nuestra visita a Graus no podía faltar el hacer una visita a uno de sus principales fabricantes: Embutidos Aventín, donde nos explicaron el proceso de elaboración de sus afamadas longanizas.
Una de las cosas que más me sorprendieron fue la impoluta limpieza de la fábrica y la ausencia total de olores. Y es que esta fábrica pone mucho esmero en manipular lo menos posible la materia prima para evitar contagios y posibles infecciones.
Una vez llega la carne de cerdo del matadero, se pesa, clasifica y despieza. Se separan las carnes más "nobles" como solomillos, lomos o jamones, que son vendidas para otros usos.
El resto es lo que se utiliza para la fabricación de las longanizas. Primeramente la carne se pica en unas enormes máquinas, y luego se pasa a otra donde se amasa aderezada con las diferentes especies (sal, pimienta, pimentón...). Luego se pasa a una sala de reposo muy refrigerada durante un mínimo de 24 horas para que la carne se impregne bien de las especies.
Transcurrido ese plazo, es embuchada en tripa natural de cerdo. Una máquina dispensa la cantidad exacta de carne en función del pedido del cliente, que es totalmente personalizable. Por último, se pasa a una sala de curación, con temperatura y humedad controlada. Al cabo de unos 20 o 30 días la longaniza está lista para ser consumida. ¡Y vaya si están ricas!


