Una experiencia diferente
Lo de la comida fusión siempre me ha dado algo de reparo...excepto cuando funciona. Lo que he encontrado en este local muy bien ambientado y bastante bonito en cuanto a diseño no es realmente fusión, sino como dicen ellos, una forma distinta de probar algunos platos tradicionales. Y desde luego han dado en el clavo. Hay sabores diferentes, descubrimientos sorprendentes, y un trabajo con el que merece la pena dejarse llevar.
Aunque lo parezca, jo es el típico gastrobar con ínfulas. Saben que el coiente viene a comer y a diafrutar de la comida, así que sus "tapas" no son minúsculas. Al contrario, son casi medias raciones. Por eso quizás ni ellos les llaman tapas. También están las raciones o platos con los que llenar el estómago generosamente. Y la relación calidad-precio es muy buena. Por 12 o 13 € sales contento, 15 € si eres aficionada al vino, de los que, aunque no tengan una gran variedad, lo compensan con referencias diferentes a las habituales, más descubrimientos, que van cambiando cada cierto tiempo.