Esclusas de Miraflores

Supongo que es un “must” en Panamá. El Canal es, seguro, una obra de ingeniería de proporciones gigantescas y su impacto en la historia y la economía del país ha sido brutal.

Sus cifras son impresionantes: Desde los 80 kilómetros de longitud que lo componen (que anualmente recorren unos 15.000 barcos) hasta los 54.000$ de precio medio que cuesta el tránsito del canal. Hagan sus cuentas y verán una hermosa cifra de dinero que entra todos los años en las arcas de Panamá.

Con estos cálculos en la mano, no es de extrañar el interés que la construcción del Canal tuvo por parte de algunas potencias extranjeras, desde el primer intento en manos francesas (todo un fracaso tanto económico como en vidas humanas) hasta la tentativa final por parte de los Estados Unidos.

Si andas por Panamá, no te puedes perder la experiencia de visitar alguna de las esclusas del canal y ver en vivo y en directo el proceso que realizan los barcos que van desde el océano atlántico al pacífico y viceversa.

En mi caso, visité la esclusa Miraflores, la cual me pareció muy interesante. Tiene cafetería y heladería, además de un museo y una sala de cine en 3D, lo que hace puedas matar tiempo para ver pasar el barco por la esclusa.

Cuenta con un galería con butacas para presenciar el paso de los barcos, en el segundo piso, además, una terraza en el cuarto pido (sin asientos) la cual se repleta de visitantes que buscan la mejor toma para sus fotografías.

Acá puedes ir a un museo, a una sala de cine que presenta un vídeo sobre el lugar que dura aproximadamente 10 minutos.

Hay restaurante en el lugar también. Y obviamente, una zona donde puedes ver los buques pasar por el canal, ver como se mueven, como se abren las puertas y se cierra, la increíble manera como el agua se nivele y se desnivela para que sea posible el paso del buque.

El único problema aquí es que está área para observar la actividad del canal, en un área plana, no hay asientos en pendiente ni nada así y hay poco espacio para ver ya que siempre hay muchas personas. Es difícil verlo sinceramente.

Es una visita obligada en Panamá, es conveniente ir en horas de la mañana para poder ver el paso de los cargueros; además hace mucho calor en la tarde.

Puedes ver la historia de la construcción, el sacrificio de muchas personas para hacer esto realidad, un museo bastante variado e interesante y puedes comprar algún recuerdo en la tienda que se encuentra en el edificio.