Un caballo blanco (al que apodamos...
Un caballo blanco (al que apodamos “Temeroso”), 15 gatos y un rebaño de unas 50 cabras es el comité de bienvenida que nos recibe al llegar a Escuaín un lunes al anochecer, el resto del pueblo parece un fantasma.
Desde Ainsa seguimos por la A138 como si fuéramos a Bielsa y nos desviamos en Escalona y ya va indicando la carretera hacia las Gargantas de Escuaín; tras unos 15km (+/-) por una sinuosa y estrecha carretera llegamos a este pueblo casi abandonado rodeado de un paisaje espectacular (sorprende que siendo ésta la entrada del Valle de Escuaín y partiendo de aquí las rutas al interior Valle no haya en el pueblo ni un solo comercio, ni viva nadie en Él)
Ya veo asomar en las rutas los cientos, miles de tallos de lirios que dentro de poco florecerán por todas partes dándole a la alfombra verde ese tono lila-azulado.