Surf en familia.
Hace tres años que hicimos la primera llamada a Rompiente Norte, para organizar un viaje sorpresa, la manera en la que se implicaron y todas las facilidades para hacerlo posible era solo el principio de lo que nos esperaba al llegar.
Creo que si algo se puede destacar de la escuela es la profesionalidad y humildad a la hora de enseñarte su pasión por el mar (y sobre todo su infinita paciencia).
Las clases al ser reducidas permiten detectar los errores, vicios y otras manías, así las correcciones son precisas y siempre con un toque de humor.
Lo que les diferencia es sin duda los detalles que tienen, la facilidad y la capacidad de adaptarse para hacer que te sientas cómodo en esa preciosa tierra iniciándote en tan bello deporte.
La cercanía en el trato hace que te sientas como en casa, lo que ya de por si sientes cuando entras tanto en el Surfcamp como en la Trinchera, ambas casitas equipadas y mimadas al detalle, en las que solo con las vistas merece la pena entrar, espacios que invitan a compartir grandes momentos y suculentas barbacoas.
Me olvido de un montón de cosas pero creo que la playa merece ser mencionada Los Quebrantos, a parte de ser enorme y preciosa, por no estar saturada y porque su arena negra se quedara en tus pies grabada una vez te marches de allí.
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