Montse Ferrer
Subterráneo sorprendente en una zapatería
Desde 1861 existe una zapatería con un sótano diferente. Abierta por el abuelo del bisabuelo del actual propietario en 1861, durante la guerra sirvió de refugio y posteriormente de almacén de la zapatería. El requetenieto, Joan Falgarona, rehabilitó el espacio en 2007, le quitó las humedades y descubrió que la bóveda era de ladrillo macizo. Acto seguido, iluminó, pintó, restauró y bautizó el subterráneo: Espai Aljub donde la palabra de origen árabe (aljibe) habla de una especie de cueva natural donde se guardaba el agua de la lluvia. De hecho bajo la escalera que baja hacia el Aljub también hay un pozo, que está cubierto.
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