Historia en piedra
Fantástico hotel en el edificio restaurado de un antiguo monasterio. Las zonas comunes son preciosas en piedra, madera y cristal, con una reforma muy bien llevada.
El personal es extremadamente amable, y las habitaciones de techos altos son cómodas y muy espaciosas, muchas de ellas con balcón. Me he podido alojar en una doble normal y una suite y en cualquier caso son mucho más grandes que el tamaño medio de un hotel 4 estrellas.
El restaurante es muy bueno también, con cocina gallega tradicional y buen producto.