Para quien sólo vincule esta ciudad al ...
Para quien sólo vincule esta ciudad al caudillo, hay que decir que Ferrol es uno de los núcleos urbanos más importantes de Galicia. Es un ejemplo del urbanismo racional del modernismo, no sólo por la cantidad de edificios de este estilo que se conservan (que se adaptaron a las peculiaridades de la ciudad resaltando el papel de la galería acristalada), sino por la ordenación en cuadrícula de las calles del barrio de la Magdalena. También ofrece grandes contrastes, con sus restos medievales, construcciones militares, castillos...
El barrio de la Magdalena fue declarado Conjunto Histórico-Artístico a principios de los 80.
Según nos contaron, por su calidad de puerto preferente del comercio con los ingleses, Ferrol vivía “abierta” a la influencia británica. Esta relación impregnó el vocabulario local y dejó en herencia curiosas mezclas de ambos idiomas. En ferrolano, por ejemplo, ir a toda prisa se dice “ir a todo filispin” (que, al parecer, proviene de “full speed”), y las señoras mayores le llaman a los cepillos de fregar el suelo “el brush”. Curiosidades que ponen en evidencia los rasgos más superficiales de una intensa relación comercial de siglos.
Su casco antiguo, conocido popularmente como Ferrol Vello, es el lugar donde se originó la actual población, con sus casas de arquitectura popular marinera de bonitas cristaleras. Aunque ha comenzado a rehabilitarse, todavía encontramos zonas francamente deterioradas.
La forma de su Ría la hace perfecta para la vida marina, ya que brinda abrigo de los vientos y los temporales. Pero esta configuración de “puerto natural”, que la hace rica, también la hace idónea como punto defensivo, por lo que hasta hace prácticamente dos siglos tuvo un carácter totalmente militar. Al atravesar en barco la ría se hace patente lo difícil que debía de ser el acceso a Ferrol desde el mar, ya que entre los castillos de San Felipe y de La Palma (construidos uno en frente del otro) se tendía una cadena, en caso de ataque, que constituía una barrera prácticamente infranqueable. Más tarde se utilizaron como prisiones del Ejército y en uno de ellos estuvo el Coronel Tejero.
Ferrol no puede explicarse sin su relación con el mar, tanto desde el punto de vista militar, como comercial, como por su pesca y sus astilleros.
También está vinculada a las rutas jacobeas, ya que a partir del siglo XI empezaron a llegar por mar peregrinos procedentes de Gran Bretaña y del norte de Europa.
La entrada de la Ría esta custodiada por el Cabo de Prioriño Chico y las Puntas de Coitelada y del Segaño. Otra cosa a tener en cuenta es que, al ser tan estrecha tiene unas corrientes bastante fuertes, por eso para poder sacar barcos de gran tonelaje hay que aprovechar un fenómeno llamado Slack Water. Al parecer, 30 minutos antes o después de la Plea o de la Bajamar la corriente se va parando, momento que se aprovecha para sacar dichos buques con una menor dificultad.


