Lonifasiko
Divertida navegación sorteando islas
Split es uno de los puertos más importantes de Croacia, es por ello que desde aquí parten numerosos ferries a diario para otras ciudades de la costa e islas de Dalmacia, pero especialmente el ferry de Split a Hvar es uno de los más transitados, sobre todo en época estival.
Si vas a subir coche al ferry, conviene coger el ticket pronto por la mañana y dejar el coche bien aparcado en la zona de entrada al ferry, para luego no llevarse disgustos de última hora de que no hay sitio. No me acuerdo del precio exacto, pero incluyendo coche que llevábamos, no me pareció un trayecto demasiado caro, viajamos con Jadrolinija, una de las compañías de ferrys más conocidas del país, por no decir monopolio ;-).
De Split a Hvar hay algo menos de 2 horas, y el trayecto se realiza bordeando numerosas islas que salpican esta tranquila y resguardada zona del Mar Adriático. Para los que no se marean, recomiendo subir a cubierta y habiéndose dado crema de sol (muy importante si no te quieres quemar vivo), disfrutar de los paisajes que va surcando este pedazo de barco. Es como estar en un mirador de continuo, ya que el ferry va bordeando de continuo pequeñas islas, algunas de ellas pobladas, y otras, simplemente compuestas por pequeños acantilados de rocas y árboles. Sí sorprende que en general, todas las islas que se bordean tienen mucha arboleda, pareciendo algunas de ellas totalmente inaccesibles. Además, durante el trayecto te cruzas con otros ferrys que vienen de vuelta, y con numerosos yates y barquitos que navegan en la más absoluta tranquilidad, dejando estampas impresionantes, con esas velas blancas impolutas sobre el azul intenso del mar, Mar Adriático 100%.
Si el ferry es al mediodía, al igual que hicimos nosotros, una buena opción para ir disfrutando del trayecto en cubierta es aprovechar para comer algo, por ejemplo, nosotros compramos en el puerto de Split una pizza para llevar que nos supo a gloria luego en cubierta, de hecho creo que dimos bastante envidia a más de un@.
Una vez en la isla de Hvar, significar que el ferry atraca cerca de Stari Grad, a unos 2-3 kilómetros, es decir, no va directo a Hvar ciudad, al menos no el que nosotros cogimos. Nosotros teníamos coche, pero lo comento por si acaso, aunque creo que había autobuses y taxis a la llegada a la pequeña terminal de la isla. Eso sí, aparte de las bucólicas postales de barquitos navegando entre islas en un mar de tranquilidad, en todo el trayecto, sin duda me quedo con la cada vez más amplia perspectiva que se va obteniendo de la ciudad de Split según el ferry se va alejando. Ya al poco de zarpar, con la torre de la catedral como estandarte, la panorámica de Split que se tiene con la cámara no tiene precio.
Split es uno de los puertos más importantes de Croacia, es por ello que desde aquí parten numerosos ferries a diario para otras ciudades de la costa e islas de Dalmacia, pero especialmente el ferry de Split a Hvar es uno de los más transitados, sobre todo en época estival.
Si vas a subir coche al ferry, conviene coger el ticket pronto por la mañana y dejar el coche bien aparcado en la zona de entrada al ferry, para luego no llevarse disgustos de última hora de que no hay sitio. No me acuerdo del precio exacto, pero incluyendo coche que llevábamos, no me pareció un trayecto demasiado caro, viajamos con Jadrolinija, una de las compañías de ferrys más conocidas del país, por no decir monopolio ;-).
De Split a Hvar hay algo menos de 2 horas, y el trayecto se realiza bordeando numerosas islas que salpican esta tranquila y resguardada zona del Mar Adriático. Para los que no se marean, recomiendo subir a cubierta y habiéndose dado crema de sol (muy importante si no te quieres quemar vivo), disfrutar de los paisajes que va surcando este pedazo de barco. Es como estar en un mirador de continuo, ya que el ferry va bordeando de continuo pequeñas islas, algunas de ellas pobladas, y otras, simplemente compuestas por pequeños acantilados de rocas y árboles. Sí sorprende que en general, todas las islas que se bordean tienen mucha arboleda, pareciendo algunas de ellas totalmente inaccesibles. Además, durante el trayecto te cruzas con otros ferrys que vienen de vuelta, y con numerosos yates y barquitos que navegan en la más absoluta tranquilidad, dejando estampas impresionantes, con esas velas blancas impolutas sobre el azul intenso del mar, Mar Adriático 100%.
Si el ferry es al mediodía, al igual que hicimos nosotros, una buena opción para ir disfrutando del trayecto en cubierta es aprovechar para comer algo, por ejemplo, nosotros compramos en el puerto de Split una pizza para llevar que nos supo a gloria luego en cubierta, de hecho creo que dimos bastante envidia a más de un@.
Una vez en la isla de Hvar, significar que el ferry atraca cerca de Stari Grad, a unos 2-3 kilómetros, es decir, no va directo a Hvar ciudad, al menos no el que nosotros cogimos. Nosotros teníamos coche, pero lo comento por si acaso, aunque creo que había autobuses y taxis a la llegada a la pequeña terminal de la isla. Eso sí, aparte de las bucólicas postales de barquitos navegando entre islas en un mar de tranquilidad, en todo el trayecto, sin duda me quedo con la cada vez más amplia perspectiva que se va obteniendo de la ciudad de Split según el ferry se va alejando. Ya al poco de zarpar, con la torre de la catedral como estandarte, la panorámica de Split que se tiene con la cámara no tiene precio.
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