típico y divertido
Tuve la suerte de hospedarme en Manresa en febrero, coincidiendo poco tiempo con la "Festa de la Llum", uno de los acontecimientos más importantes de la ciudad que tiene lugar el 21 de febrero (o el fin de semana justo antes).
Según cuenta la tradición, entró la luz (divina?) a la Iglesia del Carme, desde Montserrat, la montaña sagrada de Cataluña. Y, ni más ni menos, este milagro consiguió resolver una pelea relacionada con las aguas del Llobregat que un acueducto trae a la ciudad (la Sèquia).
La fiesta es una de las pocas oportunidades que tienen los habitantes de Manresa para sacar sus gigantes cabezones, al parecer unos de los más antiguos de España. Si bien no entendí todo el acto que hicieron en la plaza rodeada de visitantes y público entusiasta, la experiencia valió la pena, así como una carrera entre varios equipos que debían traer enormes botes de agua hasta el centro de la ciudad, recuerdo del famoso conflicto y milagro que se celebra en esta fiesta. También salen a la calle los "castellers", equipos cuyo objetivo es hacer la pirámida humana más alta (¡impresionante!).