Entre tanto restaurante en Ribeira...
Entre tanto restaurante en Ribeira optamos por este porque hacia fresco y teníamos una mesa libre en el balcón, con una vista perfecta.
El camarero dicharachero y encantador. Pedimos unas almejas que resultaron deliciosas y las ya habituales sardinas, acompañadas de ensalada, pimientos y patatas. Una botella de vino verde-
Pasamos de postre y de broma dijimos que nos tomaríamos otra de almejas. Dicho y hecho, nos las trajeron y nos dijeron que era regalo de la casa.
Total de la cuenta 26 €