Paseo en el crucero de la ciudad, el
Rosario es una ciudad tan argentina como se lo puede ser, es una gran ciudad que en las últimas décadas fue reconstruyendo su fisonomía urbana para ubicarse definitivamente de frente al caudaloso Paraná.
Aquí nací, aquí vivo. Amo a esta Rosario que es su río, y el río Paraná es Rosario. Es una gran urbe de cara a ese río, que pretende no abandonar algo de ese sosiego pueblerino, a pesar del cemento que avanza hasta las barrancas, en obras arquitectónicas que quitan el aliento.
El crucero en el “Barco Ciudad de Rosario” es uno de mis paseos imprescindibles para el fin de semana en Rosario. Lo hago a menudo o acompaño a amigos que nos visitan desde otras latitudes. Tiene la enorme ventaja que permite conocer a la ciudad desde otra perspectiva, la que se aprecia desde el río. La primavera y el otoño son las épocas del año en las que más disfruto de este recorrido. Suelo quedarme sobre la borda del barco. El sol y la brisa me acompañan, y se suman a la alegría que experimento viendo la ciudad desde nuestro río.