El encanto del Mediterraneo
Ghisonaccia, población de Córcega, donde la gente habla su propio dialecto y cuyo principal atractivo son sus hermosos parajes naturales.
Podemos encontrar palmeras tropicales, viñedos, olivos y naranjos, bosques de castaños y pinos autóctonos, lagos alpinos y fríos torrentes de montaña llenos de truchas. Su seña de identidad es el monte bajo de matorral, perfumado con mirto, que Napoleón creyó oler desde el mar.
La costa oriental de la isla ha sido una productiva tierra granjera desde 1945, año en que se terminó de drenar y se acabó con la malaria. En los últimos años se han construido urbanizaciones y hoteles a lo largo de esta costa, en las largas y arenosas playas. Lo más interesante de la zona es Mariana, conocida por su catedral del siglo XII llamada también “La Canónica”.