Mer de Glace

Este paisaje es uno de esos que guardas en la retina por mucho tiempo, un sitio que sin lugar a dudas deja maravillado.
El río de hielo que fluye desde lo alto de la montaña es inmenso (pero más aún por desgracia el volumen de hielo perdido)
En invierno se convierte en una pista de esquí por la que los más experimentados pueden descender (hay riesgos de caer en grietas por lo que hay que saber donde te metes).
Existe la posibilidad de acceder al interior del glaciar (100% preparado para el turismo) y observar como es por dentro. Así mismo hay carteles por años diciendo hasta donde llegaba, y te das cuenta entonces de todo lo que estamos perdiendo.

Después de coger un tren cremallera nos dirigimos hacia el glaciar donde se habían abierto unas galería para visitar su interior. Lo que más nos sorprendió fue el color azul del hielo.

Una excursión inolvidable al interior de un glaciar junto al Mont Blanc. Nos sorprendió el color azulado del hielo

Es una lástima como ha menguado el glaciar con el paso de los años.
En verano es casi inapreciable. De todas maneras desde Chamonix se ve el Glaciar dels blossoms, igual de imponente por su cercanía al pueblo.

La mar de hielo es un lugar que te deja sin palabras es una experiencia difícil de olvidar y un contacto con la naturaleza diferente. Muy recomendable si visitas Mont- Blanc.

Subes con un tren al glaciar y tras bajar un sinfín de escaleras encontramos una cueva de hielo, que hay que remodelar cada cierto tiempo, debido al movimiento del hielo. Otro espectáculo.

El mar de hielo es el resultado de tres glaciares. Situado en el lado norte del Mont Blanc, ofrece con sus siete millas de largo de un espectáculo para todos los que vienen a visitarlo. Creo que incluso el más cínico de nosotros no puede permanecer de piedra frente a algo tan hermoso. Tienen que verlo si pasan sus vacaciones en Saboya.

Es un paisaje realmente espectacular.No hay palabras para poder describirlo, hay que estar allí