Gran Café

En plena calle Alfonso I estaba la joyería Aladrén, de finales del siglo XIX. Hace unos años cerró y se convirtió en un café que conserva la mayor parte de su fabulosa decoración, aunque no el mobiliario, que en parte esta en un anticuario de la vecina calle Candalija.

Tomar un café en el salón interior o en lo que fue el despacho es todo un viaje a aquella Zaragoza de 1900, de la que la calle Alfonso I es el escenario mejor conservado. Una ciudad que ha despegado gracias a la llegada del tren, la industrialización...

Los Aladrén, dueños de la mejor joyería de la ciudad, se harán también una magnifica tumba, probablemente la mejor del cementerio de Torrero.

Es uno de mis rincones favoritos en Zaragoza (Aragón-España). Está ubicado en un edificio modernista que primeramente fue una joyería. Este Café es una auténtica joya, su decoración os trasladará al siglo XIX. Sencillamente es exquisita: artesonados, madera y materiales nobles. Los espejos juegan un papel importante ya lo descubriréis... Podéis tomar un buen café, infusiones y excelente bollería a precios razonables. Está situado en la calle Alfonso I por lo tanto en pleno centro de la Ciudad. Pasaréis un rato muy agradable en él, garantizado.

Entramos a tomarnos un Chocolate con churros. La decoración del sitio es muy bonita, sobre todo la sala interior y el artesonado del techo.

En cuanto al servicio, nos sacaron los churros fríos, aunque nos los calentaron al pedírselo.. El chocolate muy bueno.. Lastima que tengan la puerta de la calle rota y se queda abierta cada 2x3...(mejor sentarse lejos de la puerta).

Eso si, un poco caro: tres Chocolates con churros = 12,30€

¡Perfecto para una tartita a media tarde en el centro de Zaragoza!

Incluso el chocolate caliente, espeso y reconfortante. Buen te rojo. El local es muy agradable y sientes que estas en un sitio donde las paredes y el precioso techo han sido testigos de muchas historias.
Recomiendo su visita.

Para mi una de las mejores cafeterias de Zaragoza. La calidad de sus productos exquisita y la situacion inmejorable. Dentro te transportas cien años atrás en el tiempo. Muy bien la relación calidad precio. El trato con los camareros muy agradable.

Todo bueno, sabor del café, me dan ganas de volver para terminar de conocer Zaragoza a fondo, fue una experiencia muy bonita.

Bar más antiguo de Zaragoza con cafés y bebidas.