La Gran Estación Central
La ciudad de Nueva York no es, francamente, una ciudad tímida. Tampoco los son por ello ninguno de los elementos que la forman. Y uno de los más importantes es el gran sistema de comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas de las que se nutre y a las que necesita para respirar.
Por ello, en aquellas épocas de gran bonanza económica, donde el uso y disfrute del dinero parecía no tener límite, sus habitantes estaban dispuestos a proclamar su magnificencia con un espléndido monumento, una puerta triunfal a la exuberante capital financiera, comercial y cultural de la nación.Sin embargo, Grand Central Terminal tenía que ser más que una bonita fachada.
Uno de los grandes logros de la Grand Central es que sus vastos y majestuosos espacios revelan una atención extraordinariamente exquisita hasta en el más mínimo detalle de diseño, incluyendo delicadas taraceas, relieves de inspiración griega, hojas de roble esculpidas y bellotas (símbolos de la familia Vanderbilt),mármol de Tennessee para los suelos, mármol Botticino para paredes y azulejos; en el exterior, imponentes esculturas de Mercurio, Hércules y Minerva, que dan un aire de grandeza a la entrada de la calle 42...
Pero la apariencia no lo es todo. La puerta de entrada a la ciudad de Nueva York tenía que ser hermosa, majestuosa y funcional. Detrás de florituras decorativas de Grand Central se esconden soluciones ingeniosas que la hacen práctica y cómoda para los viajeros y usuarios diarios de los cientos de trenes que se mueven por sus vías.
Grand Central Station es un espacio urbano único: majestuoso pero accesible, una obra de arte pero funcional. Durante un siglo, los neoyorquinos han utilizado Grand Central como lugar de encuentro para experiencias compartidas, exhibiciones y eventos importantes, para estudios de televisión y radio, mítines, exhibiciones de arte e incluso como carpa para los atrevidos equilibristas.
La Estación Central de Nueva York satisfizo ambos deseos, revitalizar y humanizar el centro de Manhattan y embellecerlo como la joya arquitectónica que es, uniendo lo funcional y lo hermoso bajo un solo y altísimo techo.


