La escultura más influyente de la historia
Al explorar las infinitas galerías de escultura del Museo Pio-Clementino, es fácil pasar por alto uno de los tesoros más preciados del Vaticano: la escultura de Laocoonte y sus hijos, una de las esculturas más famosas e influyentes de la historia occidental. No es exageración.
Esta escultura griega fue descubierta durante el Renacimiento y se convirtió en una fuente clave de inspiración para los artistas renacentistas, especialmente Miguel Ángel, así como otros artistas como Rubens, El Greco y Tiziano. Su belleza es tal, que incluso fue tomada como botín de guerra por nada menos que el propio Napoleón.
Los orígenes exactos de la estatua son muy disputados, pero la mayoría cree que es una estatua griega que data de la antigüedad, un hecho que hace que su superficie blanca reluciente y estado milagroso de conservación sean aún más impresionante.
Representa a Laocoonte, un sacerdote troyano que previó el plan de Odiseo para invadir Troya. Cuando Laocoonte fue a advertir a los troyanos, los dioses Atenea y Poseidón enviaron poderosas serpientes marinas para atacar a Laocoonte y sus hijos, matando a sus hijos e impidiéndole entregar su mensaje.
Artísticamente, hay dos cosas que destacan de esta increíble escultura. Primero, que es una representación asombrosa del sufrimiento humano. Cada músculo del cuerpo de Leocoonte es tenso y abultado mientras lucha contra las serpientes estrechadas. La agonía en su rostro es palpable.
En segundo lugar y quizás aún más profundo, es como una escena de tal horror aparente puede parecer tan hermoso a los espectadores. Plinio el Viejo, uno de los principales autores del arte en Roma, lo elogió como la mejor escultura del mundo conocido. Si visitas los Museos Vaticanos, puedes decidir por ti mismo.