Jano Montano
Escogimos este hotel para hospedarnos...
Escogimos este hotel para hospedarnos en Indianapolis por su localización céntrica y por ser de la cadena Hilton, ya que contábamos con puntos de los Hilton Honors. Los Hampton son la gama media-baja de Hilton, tres estrellas. Suelen estar en las salidas de autopista y, algunos, como es el caso de este, también en el interior de las ciudades.
Hay que decir que la ubicación es perfecta, en pleno centro, a sólo dos manzanas de Monument Circle y del Capitolio, frente al Hard Rock Cafe y a un gran centro comercial. En la zona hay comercios, bares y restaurantes, así como la mayor parte de la oferta cultural de Indianapolis.
Las instalaciones son correctas y ocupan un edificio histórico, cosa que se agradece ya que la estética de los Hampton Inn modernos es bastante fea. El aparcamiento era de pago, con valet. Algo entendible al estar en pleno centro urbano. El desayuno iba incluido en el precio y fue correcto en cuanto a variedad y calidad.
La habitación también nos pareció adecuada a la categoría del establecimiento, aunque algo estrecha, sobre todo debido a que habíamos pedido dos camas king y no quedaba mucho espacio libre para deshacer el equipaje. El baño a la altura del establecimiento, aunque algo desvencijado (pero funcional).
El único problema surgió con el Internet. El wifi iba incluido en el precio y en nuestro viaje de ida, funcionó perfectamente. En la segunda noche que pernoctamos, al regreso, la conexión iba de pena. Tanto es así que incluso llegué a conectarme un rato con la WLAN del Hard Rock Café del otro lado de la calle... La explicación, tras innumerables conversaciones con el front-desk, es muy sencilla: Hay un router a cada extremo del corredor y si te toca una habitación de en medio, pues tururú... La señal no llega.
Aparte de esto, la estancia fue agradable. Totalmente recomendable por precio y ubicación.
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