Santiago Seijo
¡El precio es ridículo y está limpio!
Restaurante típico en el que no entrarías pero con un trato fantástico, una carta corta y medias raciones para poder probar varios platos. ¡El precio es ridículo y está limpio!
Restaurante típico en el que no entrarías pero con un trato fantástico, una carta corta y medias raciones para poder probar varios platos. ¡El precio es ridículo y está limpio!