High Line

El pasado otoño mientras estuba visitando Nueva York, paseaba por una calle de Chelsea de paredes de color rojizo, cuando, de repente, algo especialmente original captó mi atención.

Aunque a primera vista, la estructura parecían vías férreas abandonadas, avisté en lo alto un conjunto de plantas alineadas y coordinadas de una manera demasiado singular como para que hubieran crecido por ellas mismas en un escenario tan urbano. La curiosidad me atrajo hacia él y menuda sorpresa el descubrir que, en realidad, se trataba de un parque-jardín que había sido instalado en lo alto de unas vías sin utilizar, para disminuir el impacto visual que éste producía a la ciudad.

Antigua vía de tren reconvertida en uno de los paseos obligados que te tienes que dar por Nueva York. Por la noche es especialmente original, ya que a los lados vas viendo las luces encendidas de las casos de millones de dolares que bordean la High Line.

Un auténtico ideón por parte del Ayuntamiento que no te puedes perder.

Mi rincón preferido de New York es The High Line, un oasis de vegetación que atraviesa varios barrios del lado oeste de Manhattan.
Una maravilla pasear por la noche, observando a las personas que disfrutan relajadas, rodeadas de malezas como las que crecieron tras el abandono de esta línea férrea, de pinturas murales, y de los telescopios que algunos comparten para avistar las estrellas de NYC.

La High Line es una antigua vía férrea transformada en paseo público. Lindas flores, césped, y camino hormigonado los guiarán a una altura razonable (tampoco verán los rascacielos) por el barrio de Chelsea. Una manera interesante de descubrir la ciudad. Algunos espacios están previsto para sentarse y descansar, con gradas de mandera y vista al barrio.

Lo único que les aconsejaría seria evitar las horas "puntas" en las cuales los empleados salen de trabajar y toman la High Line para regresar a casa, porque el lugar se llena entonces de transeúntes...

En su lugar hay un paseo, agradable, fruto de las donaciones de los americanos para restaurar esta zona.

Para llegar debes dirigirte al barrio de Chelsea, pegado al río. Puedes encontrar a gente relajada, paseando o haciendo ejercicio, lo cierto es que es un paseo para desconectar del bullicio bastante cómodo.

Nosotros lo visitamos en invierno y estaba bastante seco, aún así no pierde su encanto del todo. Recomendable.

El famoso graffiti ya no está aquí, una lástima.