Félix Arce Araiz
Las hojas de los árboles caen sobre los campos de arroz secos.
Parece del mismo color verde luminoso el agua de la pila de piedra que el té que nos ha servido la amable señora del templo. Siempre me ha sorprendido esto de que algunos templos budistas sean regentados por señores que tienen su mujer, sus hijos y su vida tan corriente. Algunos templos, como en este caso, se hacen cargo incluso de una guardería. Cosas…
Me sorprendí a mí mismo tocando la campana del templo. Casi no podía mover el enorme tronco que hace de percutor. El sonido se expandió por todo el valle… sereno, claro, hasta hacerse nada…
La señora tan risueña nos invitó a acompañarla en el porche del templo tomando un té verde. Junto al agua verde y luminosa.
Leer más
+168