Una estancia inolvidable
He pasado estas Navidades con mi familia en Palacio Guzmanes. Ha sido una estancia inolvidable puesto que nos juntamos toda familia en el hotel desde distintos puntos de España y del extranjero. Además el hotel era un antiguo palacete del s.XVII y había sido convento y casa del notario, historia viva y está perfectamente rehabilitado.
Reservamos el hotel para nosotros en exclusiva, y fue la mejor idea que hemos tenido. Estábamos como en casa pero con todas la comodidades del hotel, habitaciones con vistas a la campiña de olivos, bañeras de hidromasaje, una terraza preciosa con unas vistas impagables, y el personal nos trato estupendamente.