Del hostal Alfonso no habría motivo ...
Del hostal Alfonso no habría motivo para escribir si no fuera porque tiene un secreto. Sólo uno y precioso. Yo lo descubrí por esas cosas del destino, o más bien porque segundos antes de llamar (al azar elegí un teléfono de una lista de hostales económicos en Santiago de Compostela) alguien canceló una reserva.
El hostal tiene, entre sus habitaciones, una con el número 301. Es un ático diminuto, para una sola persona. Maricarmen -la dueña- me hizo pasar: La cama al lado de una ventanita, el techo bajito, el mínimo baño muy limpio y prolijo. Eso parecía ser todo, y la verdad, luego de 6 horas de tren desde Madrid me bastaba. Gracias, dije, pero Maricarmen no se movía, más bien se relamía de lo que en instantes sucedería. " Y si corres las cortinas, verás por qué te digo que has tenido suerte. La 301 está siempre ocupada. Es famosa hasta en los Estados Unidos".