Txema León
Un pequeño hostalito de genial trato
No tuvimos mucho tiempo para estar en el Panavera. Pero de lo poco que estuvimos, tres cosas me encantaron: la primera, el trato. La recepcionista encantadora, muy solícita y simpática, llegamos bastante tarde y no tuvo problema en esperarnos. Como digo, un encanto.
La segunda, el lugar. Es un hostalito al fondo de un pequeño callejón lleno de encanto, tranquilo y precioso.
Y por último, la tranquilidad. La habitación es tanto bonita como tranquila y silenciosa, perfecta para descansar.
Es un pequeño sitio encantador que te enamorará nada más verlo.