El Viajero
Te van a tratar mejor que a un amigo
Enfrente mismo de la iglesia de San Miguel se halla un hostal al que gusta llamarse pensión. Son gente veterana y si algo les distingue es cómo tratan a los demás, nada de estirados y uniformados hoteleros.
El lugar es ideal para visitar Jerez porque está en el centro de la ciudad, pero a cien metros del bullicio. En la zona hay hasta tres aparcamientos subterráneos por lo que poder aparcar no es problema. Otra cosa es delante del hostal porque o te montas en la acera o te va a costar trabajo encontrar un hueco.
En Jerez hay muchos establecimientos hoteleros y de gran calidad, así que algo tiene que tener este hostal para que os lo recomiende. Algo más que su privilegiada situación.
Lo conozco de mi época juvenil porque hubo una temporada que solíamos parar enfrente, en unos locales que la grúa ya ha derribado. Allí montamos un colectivo cultural que marcó época en la ciudad, pero esa es otra historia. Con frecuencia solía ver inmigrantes salir y entrar en este hostal, a todas horas y me hice la falsa impresión de que sería prácticamente un tugurio, una pensión de mala muerte que algunos aceptaban simplemente por su precio.
Nada más lejos de la realidad, un día tuve que entrar en el Hostal y me quedé asombrado. Es un edificio del siglo XVIII, que conserva el encanto de otra época. Ahí tiene su punto fuerte y su punto débil porque este tipo de casonas tan antiguas siempre precisan de un constante mantenimiento.
En su favor que las habitaciones son amplias, diseñadas como se hacían antes, sin mirar el espacio gastado. Algunas de ellas con balcones a la plazuela, donde destaca la poderosa torre-fachada de San Miguel, a apenas veinte metros de distancia. El mobiliario está en buen estado y no se puede decir que sea funcional y moderno sino todo lo contrario, es mueble de época. El hostal tiene sabor a casa familiar.
Es el hotel a la antigua, como se concebía antes, en plan casa. Para que te hagas una idea su página web es gratuita, de esas que puedes hacer dentro de otra y no tienen reserva por Internet porque no saben cómo se hace eso.
Sus precios son excelentes. La habitación doble sale por 43 euros, o por 38 euros si reservamos una doble sin baño interior. Los precios apenas oscilan durante todo el año, exceptuando cuando hay grandes premios que suben a 85 euros. En toda la comarca los precios se disparan en esas fechas y aún así faltan plazas para tanta demanda.
Pero lo fundamental es su veteranía en el trato. Están acostumbrados a tratar con todo tipo de clientes y a tratarlos como si perteneciesen a su familia. Esto aporta una serie de ventajas, sobre todo al que llega de turista y no tiene ni idea de cómo desenvolverse en Jerez. Aquí te van a informar, te van a explicar, te van a mostrar y si les apuras hasta te van a acompañar. De todas formas estás en el centro y todo lo que busques lo tienes alrededor.
Para daros una idea de cómo son, bastó que llamase al timbre de entrada para que saliese un caballero a abrirme. Este hombre parece que vive al lado de la puerta, en una habitación lateral pude ver a la que creo su esposa y posiblemente viven ahí. Por ello tienen recepción las 24 horas. En cuanto le pregunté si podía hacer fotos del interior me dejó paso diciéndome que tomara cuantas fotos quisiese. En medios de treinta segundos ya tenía a todo el personal alrededor aconsejándome dónde hacer las fotos y charlando conmigo. Incluso me dieron una tarjeta del hostal e intercambiamos pareceres sobre el turismo. Un poco más y me quedo a almorzar con ellos. Son gente especial, les gusta tratar a sus clientes como si fuesen sus amigos, y son de los que aún consideran que la hospitalidad es sagrada. Te lo recomiendo fervorosamente, no es un hotel lleno de estrellas, de salones y de gimnasios pero te van a tratar como en ningún sitio.
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