Marine Castell
Nuestra salvación
Después de tomar un autobús directo entre Santiago y Termas de Chillán, en un viernes por la tarde, en el mes de noviembre, llegamos por la noche y sin lugar donde quedarnos a pasar la noche ya que no habíamos reservado un hotel (no es fácil de encontrar información en Internet, si no se trata de grandes baños de hoteles de Chillan, los cuales son demasiado caros para nuestra cartera). Esperábamos encontrar un refugio para nuestra llegada y si consideramos el campamento opción en el borde de la carretera, se levanta al amanecer y al llegar a la cima del volcán Chillán. No le había contado que había nevado toda la noche anterior, durante toda la mañana, toda la tarde y toda la tarde.
El autobús quedó atrapado en la nieve (camino impracticable), y nos dejó en medio de un camino totalmente oscuro. Con el único medio de transporte de nuestros pies, pero encontramos nuestro Salvador: El alberguismo de las trancas. El propietario muy amablemente nos abrió sus puertas a pesar de la hora tan tardía. Nos ofreció una bienvenida muy cálida en el chalet de madera. Chimenea grande. Los precios son muy razonables. Y una niña de tres años de edad hija de la dueña, una verdadera kirikou un futuro sprinter para jugar, hablar, leer revistas. Súper dirección.
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