Es uno de los hoteles más cómodos de C...
Es uno de los hoteles más cómodos de Carmona por lo sencillo que es encontrarlo, dado que se halla en el exterior del recinto amurallado y no es necesario callejear para llegar al hotel y porque tiene abundante aparcamiento gratuito en la misma entrada.
Garaje interior no tiene, como casi ninguno de los hoteles carmonenses, prueba de lo innecesario del mismo. Aparcas tranquilamente y te encuentras en un mirador a la campiña observando los detalles de este castillo. Se trata de un alcázar y por lo tanto debiera estar almenado y con fuertes defensas, pero no es así porque se utilizó para residencia de la reina en el siglo XVI y lo que primaba era la comodidad.
Esta comodidad se mantiene pues las habitaciones son amplias. El mobiliario es de época aunque los colores son, para mi gusto personal, excesivamente vivos para la estructura histórica del Alcázar. El lujo impera por todas partes.
La fachada recurre al clásico portalón ornamentado del barroco andaluz. Puerta adintelada entre pilastras planas, bajo un balcón corrido rematado por un frontón con el escudo real. Este cuerpo central del edificio tiene tres alturas, el resto del conjunto es rectangular con sólo dos pisos alrededor de un amplísimo patio interior a cielo abierto, donde se ha instalado una piscina.
Catalogado como un cuatro estrellas dispone del equipamiento habitual, destacando que en él no se permiten mascotas (como por ejemplo sí se permiten en el vecino Casa de Carmona) y que las zonas comunes se circunscriben a sala de conferencias, sala de lectura, sala de televisión y la terraza. A destacar que organizan visitas guiadas a la ciudad.
Es un buen hotel, cómodo para aparcar, en un edificio histórico, amplio y con una gran piscina estival. Su precio depende lógicamente de la temporada, a nosotros en otoño nos salió el año pasado por 90 euros la doble, aunque me consta que en épocas concretas lanzan ofertas de hasta mitad de precio.


