Hotel pequeño y con encanto, ¡qué desayuno!
Es difícil encontrar el hotel porque fuera no hay carteles. La idea es que sea como una casa. De hecho el personal es muy atento pero viene sólo si lo llamas, no hay una recepción. Las tres habitaciones están decorada en estilo oriental. Lo mejor es el desayuno preparado en el momento por la señora (¡no me acuerdo de su nombre!). Huevos, jugos, pastelitos, café de buena calidad...