Alberto Lirola Garcia
Como en casa
Hotel super recomendable, Ramón y toda su familia son estupendos te sientes como en casa desde el primer segundo, nos dio mucha pena al marcharnos pero seguro que volvemos. La ubicación es excepcional y las vistas quitan el sentido, que atardeceres mas bonitos viendo al fondo Santander y su bahía. Muy nuevo y limpio. Tiene una pequeña carta para comer o cenar algo muy buena y las cazuelitas de huevos con patatas "ricas ricas", rabas, croquetas caseras, alitas, etc... un gran acierto tener esta opción. Desayunos increíbles, sin prisas todo buenísimo, embutido, tostadas, TORTITAS, zumo naranja natural al momento, bolleria, fruta, etc....
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