Accesible y práctico
Cuando uno reserva un hotel, suele hacerlo de oídas, por el boca a boca o por referencias de viajeros que lo han "catado" antes, pero en este caso nos decidimos lanzarnos a la aventura sin tener conocimientos previos del establecimiento.
Y he de decir que fue un auténtico acierto.
No sólo es un hotel que en sí mismo es cómodo, luminoso y con un diseño funcional pero atractivo, sino que su situación permite ponerse en la ciudad de Tarragona en poco menos de diez minutos o en Port Aventura o las maravillosas playas de la Costa Daurada en poco menos de quince.
Aparte de la parte práctica, desde que entramos en el hotel los amables y resolutivos recepcionistas nos hicieron sentir rápidamente en casa, dándonos toda la información que necesitábamos para que nuestra estancia fuera de lo más agradable.
El otro 50% lo sumó el maravilloso, completo y sabroso desayuno que disfrutamos junto a la piscina cada día de nuestra estancia, con detalles muy catalanes como el pan con tomate o fuet, bollería aún caliente, zumos frescos y variados, gran variedad de panes y fruta y un delicioso café.
Con toda seguridad volvería a hospedarme en este hotel para seguir explorando las maravillas que ofrece la costa catalana.