Un cinco estrellas de excepción
Es uno de los hoteles más excepcionales que he conocido. El palacio se construyó a principios de 1900 y es un ejemplo del estilo art nouveau centroeuropeo de la época.
Sede de una compañía inglesa de seguros y de la aristocracia del momento, en la Segunda Guerra fue ocupado por los soldados soviéticos y acabó en ruinas.
La actuación en los últimos años sobre este edificio, lo ha convertido en un precioso hotel con 179 habitaciones.
El Four Seasons Hotel Gresham Palace Budapest, a su favor también tiene que goza de una ubicación incomparable frente al Puente de las Cadenas, a un paso de todo. Ofrece además piscina de borde infinito, gimnasio, restaurante y un lujoso bar.