Simplemente espectacular
Llegamos por la noche y al entrar en la plaza y ver su amplitud, con los soportales iluminados y la Hospedería al fondo, nos quedamos más que sorprendidos. Es curioso que aún se desconozcan sitios como este. Creo que ahí está parte de su encanto, un rincón especial que aún por descubrir.
El Hotel es un palacio del siglo XV rehabilitado con gran acierto, pues ofrece todas las comodidades sin perder el encanto. La atención del personal, merece un 10 estaban atentos a todas nuestras necesidades y el servicio fue muy profesional. Las habitaciones son muy cómodas, ¡con carta de almohadas! Las vistas eran estupendas al jardín y a una iglesia que iluminaban por las noches y que ofrecía una estampa inolvidable.