Moderno y agradable hotel en clave business
En mi caso, las decepciones en ciertos hoteles italianos están a la orden del día, sobre todo cuando viajas en formato business a ciudades como Milán, Roma, etc. Hoteles caros, teóricamente de 3-4 estrellas, que realmente son hoteles viejos que un día fueron buenos pero que a día de hoy no merecerían más de 2 estrellas y dejan un sabor agrio en el viajero business que ha pagado una cantidad de dinero considerable, básicamente por dormir.
En cambio, en este post tengo que desmitificar esto y comentar la experiencia positiva que he tenido recientemente en Roma en el hotel Roma Piazza Bologna, de la cadena Mercure, donde me alojé durante 2 noches por motivos de trabajo. Es un edificio y hotel bastante nuevo, con decoración moderna, funcional pero realizada con esmero. Tiene la parada de metro de Piazza Bologna a 5 minutos andando, y la enorme y nueva estación de tren de Tiburtina, a la que se puede llegar en tren directamente desde el aeropuerto de Fiumicino, está a 10-15 minutos andando. El hotel no está en el centro-centro de Roma pero es fácilmente accesible, y la zona no es estupenda pero tampoco es conflictiva, bastante tranquila, con sitios donde poder comer y cenar algo en las calles colindantes. Lo único, como en todas las grandes ciudades, de noche da cierto yuyu caminar por ciertos sitios, pero es principalmente por desconocimiento de la zona y ciudad. Yo por ejemplo caminé desde la Estación de Tiburtina hasta el hotel, ayudado por un mapa de Google Maps, con maleta y todo, sobre las 8 de la noche, cuando está todo muy oscuro, y se llega fácil, y no tuve sensación mala alguna, pero sí es verdad que cuando no conoces un sitio, vas con cierto reparo y precaución, es la forma de ser del ser humano, supongo.
El edificio es grande por fuera y se le reconoce la forma de hotel bastante fácilmente. La recepción del hotel y el hotel en general es muy luminoso, y eso es de agradecer, resalta además el toque y decoración moderna que proyecta el establecimiento desde que el viajero entra en él. La primera imagen e impresión suele ser importante, y este hotel es verdad que consigue generar feeling y engagement en el viajero desde el principio.
Las habitaciones son modernas y cómodas, te haces y sientes a gusto en ellas en seguida. Bastante espaciosas las habitaciones dobles de ocupación single, con cama y colchón de calidad, se duerme a gusto a pesar de estar lejos de casa, y eso es importante. Dispone de un armario y un escritorio donde poder trabajar, la conexión inalámbrica a Internet es gratuita, te proporcionan un usuario y contraseña en recepción. Junto al escritorio, una tetera/cafetera, con la posibilidad de poder prepararte tranquilamente un café o té de diferente tipo, se agradece el detalle, muy típico en otros hoteles del Norte de Europa.
El baño está completo, bien equipado, con bañera, gran espejo y amenities varios, el formato del gel y del champú llama la atención, se ve que buscan diferenciarse. Quizás el baño se queda algo pequeño de espacio debido al poco utilizado bidé, que no acabo de entender cómo se sigue instalando este componente en los hoteles modernos, opinión totalmente personal y discutible :).
En la planta baja del hotel, en el centro hacia el que dan todos los pasillos, hay una especie de espacio/salón decorado en estilo diáfano, un sitio bastante apetecible que no tuve la ocasión de catar, pero que se ve como sitio ideal para desconectar un rato o para tomar algo y conversar en buena compañía.
El salón del desayuno, al que se accede tras subir unas pequeñas escaleras enfrente de recepción, a mano izquierda de la entrada de puerta giratoria del hotel, es un gran espacio muy hábilmente ideado para disfrutar de la experiencia del desayuno. Mesas bien dispuestas y un look actual complementan a la perfección al ya de por sí maravilloso desayuno, con abundante opción en cuanto a zumos/cafés/infusiones, dulce y salado, muy italiano pero con toque sobrio europeo. Es de los típicos sitios en los que te gustaría estar más tiempo para disfrutar con tranquilidad del desayuno, un sitio muy agradable donde empezar bien y con fuerza el día.
Si bien no recuerdo el precio exacto, la habitación de este hotel rondará los 100€/noche (más impuesto turístico de 1.50€ por noche aparte), es decir, no es un hotel barato, más bien es un hotel ideado en clave business, pero comparado con otras experiencias hoteleras en Italia, en las que he llegado a pagar mucho más, la relación calidad-precio de este hotel es buenísima. Es un hotel que recomendaría a alguien que viaje a Roma en clave business, no está en el super meollo de la ciudad, pero tiene medios de transporte como el metro y la estación de tren muy cerca, por lo que su situación no es mala. Aparte de la orientación business que tiene, es un hotel ideal para quien se lo pueda permitir o para alguien que quiera darse un capricho al viajar a la ciudad eterna en clave personal.
Agradable y recomendable estancia por tanto, que me sirve para disipar los fantasmas de otras estancias hoteleras tirando a desastrosas que he experimentado en viajes en clave business a Italia. Si viajas en clave busines a Roma y no tienes que estar cerca de ningún sitio concreto, este hotel moderno es una buena opción; funcional, actual y confortable, lo que busca ese perfil de viajero.