Muy buen hotel en Venecia
Este hotel nos encantó pero seguramente a alguna gente no le convenza mucho.
Me explico.
El hotel es un pequeño convento reformado en el barrio del Cannaregio, uno de los barios más auténticos de Venecia, pero un poco alejado del bullicio y la masificación de San Marco. Eso para nosotros es un primer punto a agradecer, la verdad.
Las zonas comunes del hotel, el claustro interior y el hall, así como el salón de desayunos son preciosas, como se puede ver en las fotos. Las vistas nocturnas son increíbles desde la porta d'acqua (la antigua puerta que da al canal, que pocos hoteles conservan aún y con la que puedes llegar directamente en góndola o taxi acuático al hotel sin tener que andar con las maletas, cosas que se agradece muchísimo en esta ciudad llena de puentes e islas).
Las habitaciones son cómodas y tienes un muy buen aire acondicionado, que con el calor y sobre todo la humedad es algo que se agradece mucho. No obstante algunas están tras una pequeña subida en escaleras sin ascensor, aunque el personal siempre te ayuda con las maletas.
También hay que decir que no tiene restaurante, tan sólo bar con algo de picoteo en un horario muy reducido.
Por otro lado, hay multitud de buenas tabernas y restaurantes no turísticos en la zona, así que casi es lo de menos.
En definitiva, un hotel poco común, algo alejado de San Marcos (tampoco demasiado, 15 minutos andando) pero muy bien restaurado y comunicado con todas las zonas, aeropuerto y estación de tren.


