Pequeño por fuera, grande por dentro.
En Olite, todo está a mano. La vida del pueblo se desarrolla alrededor del castillo y pegado a éste se encuentra el Hostal Rural Villa Vieja. De diseño minimalista, tiene un grado de aprovechamiento del espacio extraordinario. Nos dieron la habitación destinada a "movilidad reducida" y estuvimos francamente a gusto. Los espacios huelen a limpio. En decoración ni le sobra ni le falta nada. Tiene lo justo y perfectamente iluminado.
Al día siguiente desayuno de la tierra; jamón, queso, tostadas con aceite, zumo de naranja y café, todo ello servido con una agradable sonrisa.
Y también la vajilla