Una situación envidiable
Acabamos en este hotel de 4 estrellas al finalizar nuestro recorrido por el Valle de Naeroy y disfrutar de las vistas, las carreteras y las cascadas que te vas encontrando por el camino.
Lo primero que llama la atención del hotel es la hospitalidad con la que te reciben, casi todos los hoteles de estas zonas rurales de noruegas son regentados por familias, así que no te extrañes si el padre te sirve el café, el hijo te hace el check in y la hija te limpia la habitación, esto por lo visto es lo más normal en la época estival y en estas zonas.
Recomiendo este hotel porque me parece el mejor punto de partida para visitar los fiordos y las montañas del oeste de Noruega.
En la zona de recepción guardan un tesoro que a mi me encantó y es una colección única de antigüedades noruegas y europeas que el dueño del hotel ha ido recuperando y comprando para exhibirlo en los salones del hotel, no te la pierdas, y si dominas el inglés no dejes de interesarte por todo lo que allí encuentras.
Una experiencia única del hotel es poder desayunar si hace mal tiempo en los salones del hotel y o si hace bueno en terraza, puesto que las vistas al valle Nærøydalen son únicas y te llenarán de energía para continuar con tus excursiones por la zona.


