daniel santos
Un hotel especial
Hace un par de semanas me alojé en Valle de Oca de camino entre ciudades por un viaje de negocios y al llegar se trasformo en un viaje de placer.
Me he quedado tan sorprendido de encontrar un lugar tan especial en un pequeño pueblecito de escasamente 20 habitantes (por lo que me contaron). La decoración es genial: diseño, buen gusto, detalles por todas partes (flores naturales en la habitación, bombones al acostarte y más flores sobre la almohada, wifi, desayuno riquísimo.
Las personas que lo atienden están pendientes de una forma muy sutil, que todo sea a tu gusto. Volveré con
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