Txema León
Rural por fuera, moderno por dentro
Cuando llegas al Villa Sonsierra, lo primero que piensas es que es un hotel pequeñito, de habitaciones austeras y funcionales para pasar una noche en el pueblo y continuar tu camino.
Cuando entras, te encuentras con una recepción pequeñita, con luces suaves pero que dejan entrever que no estamos en un hotelito de pueblo cualquiera.
Al subir y ver sus pasillos y habitaciones, te encuentras con un hotel renovado, moderno, lleno de color y de habitaciones amplísimas y cómodas, donde puedes abrir la ventana y entra el aire fresco, donde puedes dejar cómodamente tu maleta, abrirla y sacar tus cosas y aún puedes moverte cómodamente sin preocuparte de hacer sitio.
La atención de Irene y Pedro, sus dueños, es excelente. Nos trataron como si fuéramos de la familia y estuvimos hablando un largo rato sobre las cenas que preparan en una de las cuevas que tienen en la zona del castillo del pueblo, donde hacer brasas y sacan buen vino y buena carne para volverte a descansar satisfecho de una buena comilona.
Sus precios en una habitación doble están entre 65 y 100€, dependiendo de la habitación y la temporada.
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