ANADEL
Todo en su justa medida en cuanto a la ración, y bastante acertados.
Este restaurante tiene una de las más bonitas mesas para comer a medio día que podeis imaginar, lástima que es redonda y para seis u ocho comensales, y nos quedaba grande.
Está emplazada en la esquina, con dos paredes de cristal y con unas vistas de excepción sobre el valle y las montañas andorranas.
Aquí en este hotel es posible coger media pensión y la recomiendo, el servicio es profesional, el lugar bonito, y los platos bien elaborados.
La ensalada, la crema de verduras, el pato... todos los platos servidos en la cena estaban sabrosos y bien presentados.
+6