Iglesia de San Felipe y Santiago el Menor

Un precioso pórtico barroco nos advierte de lo que encontraremos en el interior de esta iglesia, un elaborado baldaquino, acompañado de retablos no menos recargados, así como un gran número de esculturas dedicadas a los apóstoles.

Lo que más llama la atención de la entrada, a parte de las columnas, son las tonalidades que utilizaron para el mármol, el negro contrasta con el resto y resalta mucho más el conjunto escultórico. Este, está compuesto por los santos que dan nombre a la iglesia, Santiago el Menor y San Felipe, en la parte superior podemos ver la imagen de Santa Elena.

Surgió en 1686, como ampliación de la anterior iglesia, que se había quedado pequeña y no podía acoger a todos los creyentes que hasta allí se acercaban.