Visita personalizada
Fresca mañana de domingo, perfecta para pasear por las calles de Logroño, a estas horas sólo estamos los madrugadores. Nada más llegar a las puertas de la Iglesia un portero vocacional, de melena perfecta nos abre la puerta y cómo el mejor de los guías nos da la bienvenida a la Iglesia, nos la presenta y desea que sea de nuestro agrado.
Entramos olvidándonos por unos instantes del caballero madrugador; dentro, un espectacular retablo acapara nuestra atención, alto como los muros del templo se muestra esplendoroso, su autor fue Arnao de Bruselas en el s. XVI. Las vidrieras se pueden distinguir extramuros pero evidentemente es mejor observarlas a contraluz, para apreciar su colorido en estado puro.