Un lugar lleno de magia...
La Basílica de Santa María en Trastevere encierra una leyenda a la altura de los grandes monumentos de la humanidad. Cuentan que en el lugar conocido Fons Olei (hoy día indicado en el presbiterio de la basílica), brotó de la tierra un chorro de aceite mineral que los antiguos cristianos interpretaron como el anuncio de la llegada de Cristo, el Ungido.
Por este motivo se construyó en el año 340 la que sería la primera iglesia oficial de Roma, aunque no fue hasta el siglo VI cuando se dedicó a María.
La Basílica de Santa María en Trastevere fue reconstruida en gran parte en el siglo XII, usando el mármol de las Termas de Caracalla, también se construyó el bello campanario que tiene 4 campanas.
Los hermosos mosaicos internos realizados por Pietro Cavallini cuentan seis historias de la vida de María, pero es el mosaico externo, el de la fachada superior, el que destaca por aparecer María en el trono con el niño Jesús acompañada por 10 mujeres. El Papa Clemente XII encargó la construcción del pórtico exterior que aguanta las estatuas de 4 Papas y se realizó el suelo de mosaico de su interior.
La iglesia es muy rica en obras de arte y cabe destacar la Capilla Avila, considerada uno de los monumentos más complejos y únicos de toda Roma, donde destaca la increíble cúpula con 4 ángeles con un efecto de iluminación único creado por el contraste de la oscuridad de la capilla y la luz natural.
La fuente de la plaza exterior, también llamada Santa María in Trastevere, es la más antigua de Roma y mantiene su forma original. Ha sufrido diversas restauraciones en las que se añadieron algunos elementos, como las 4 conchas que hizo Bernini que recogen el agua que mana de las cuatro cabezas de lobo hechas por Bramante y la deja caer en la bañera mayor.
Trastevere es un lugar lleno de magia y merece mucho su visita.


