Iglesia de Santa Prisca en Taxco.
Pues resulta que el hijo de don José de la Borda, don Manuel se metió a cura, como era tradición en las buenas familias de México y España, y su padre, que era muy católico, pero que adoraba a su primogénito, no quiso que en ningún momento desapareciera de su vista, así que decidió construirle, gracias a su gran fortuna, una iglesia tan fabulosa que no quisiera irse de su lado.
Así que empezó la construcción de la Iglesia que en un principio no iba a ser dedicada a Santa Prisca, pero parece que esta santa es muy caprichosa, por lo que aprovechó una noche de tormenta para aparecerse y sujetar con sus manos los rayos que amenazaban con destruir lo que se llevaba adelantado del templo.