Un santuario abrazado por la naturaleza
Cualquier templo religioso embriaga y atrapa sensorialmente. Lo mismo ocurre con esas vistas en los que se ve claramente la fuerza de la Naturaleza. Bien, pues Yemrehanna Kristos es la mezcla perfecta entre santuario y paraje natural; y uno al llegar no sabe muy bien si centrar su mirada en el paisaje o lo construido por el hombre.
Como si fuera una boca enorme, una cueva recoge y abriga una iglesia ortodoxa que dista mucho de lo que nosotros entendemos por templo religioso; es un edificio pequeño, de materiales poco ostentosos y decoración bastante sobria. Vigas de madera sujetadas por piedra enlucida, pequeñas ventanas en la fachada y un interior decorado sobre todo con tablas.¿A que cuesta pensar en una iglesia así de sencilla?
Pero aunque la descripción sea así de simple, la energía que tiene este santuario es difícilmente explicable.