La Iglesia Abierta
Esta iglesia, que se encuentra fuera de los circuitos habituales del turismo que visita la ciudad de Berna, es uno de esos tesoros que aparecen de repente en nuestro camino. Por fuera es una iglesia muy seria, muy rígida y con aspecto sobrio, pero dentro esconde un encanto sin igual. Uno de los más finos ejemplos del barroco suizo, su elegancia y sencillez se basa en la hábil combinación de elementos básicos del barroco, como los estucados en el techo, con la maravillosa galería que la rodea y que le da su característica forma semicircular, apoyada en 14 columnas de arenisca, y el contraste de todos los colores claros de la decoración con la bancada en oscura madera noble que se recuperaron y restauraron de los restos de la iglesia que ocupaba antes este lugar.