Seguro que si pasaseis por delante de...
Seguro que si pasaseis por delante de esta Iglesia con su austera fachada blanca, lo hariais de largo sin pensar en el rico y valioso interior que guarda.
Una ermita dedicada a San Roque se comenzó a construir en el año 1506, en un espacio por aquel tiempo fuera de la muralla que rodeaba la ciudad, junto a un cementerio donde se sepultaban los enfermos que morían de peste (se considera a San Roque como santo patrono de estos enfermos).
Al principio estuvo en manos de la Hermandad de San Roque y posteriormente, a partir de 1553, fue cedida a los jesuitas. La antigua ermita fue poco a poco ampliada y embellecida y aunque los jesuitas dedicaron el altar mayor a los santos de su devoción, como San Francisco Javier, San Francisco de Borja, Luis de Gonzaga y San Ignacio de Loyola, la iglesia mantuvo su denominación inicial. Cuando los jesuitas fueron expulsados de Portugal, la iglesia y sus dependencias fueron entregadas a la Santa Casa da Misericordia de Lisboa.