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Cuando paseemos por Derinkuyu hay que...
Cuando paseemos por Derinkuyu hay que fijarse en los pequeños detalles y en la distribución de las habitaciones para comprender la función de cada estancia. Con un poco de atención distinguiremos perfectamente las bodegas (con pequeños canales que conducen a una piscina para prensar la uva), las ennegrecidas cocinas y ¡hasta una iglesia jesuítica! Recomiendo acceder a la ciudad con guía, ya que resultará más fácil asimilar y comprender cómo vivían los antiguos trogloditas -y habrá menos posibilidades de perdernos-. Muchos de los objetos de la vida cotidiana que poblaban Derinkuyu han sido destinados a museos y a investigaciones arqueológicas.
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