Muy turística
Ille Rousse vive del turismo que en la época estival viene en masa a la ciudad y a sus magníficos alrededores, plagados de playas paradisíacas y rincones hermosos.
En realidad lo único que NO es muy bonito, es la propia ciudad, una típica localidad turística llena de bares, teterías, restaurantes, tiendas, etc. Aunque si he de decir la verdad es un tipo de turismo con un poder adquisitivo más alto, aquí todo vale un poco más que en el resto de la isla.
El ambiente durante todo el día es muy animado (en algunos momentos demasiado), la ciudad se colapsa con la entrada y salida de los ferries que van y vienen a Francia.