Irreale (cerrado)

La primera vez que fui, hace unos meses, el hombre tras la barra (y la carta de cervezas) era Iacopo, un alegre italiano. Pero hace poco se marchó para abrir La Tape, y el nuevo maestro de ceremonias es Raúl: un apasionado y gran conocedor bloguero-camarero. Conoce la cerveza de corazón: cuando le conté que era de Nueva Zelanda me enumeró una lista de bares neozeolandeses a los que debo ir la próxima vez que esté en Auckland. Ni que decir tiene que le encanta hablar de su pasión. Y que, para los extranjeros, su inglés funciona.
Si tienes hambre, tiene una selección breve pero acertada de platos españoles para compartir (jamón, lomo, croquetas…) y también alguno extranjero, como salchichas alemanas o mini hamburguesas. Si la cerveza en vaso no es suficiente, uno de los platos más populares de la carta es el queso fresco batido con cerveza. Suele agotarse, así que mejor pídelo rápidamente.
Raúl apoya con entusiasmo las destilerías locales y siempre se asegura de que de sus grifos salga un número considerable de cervezas madrileñas o españolas. La última vez que estuve, acababa de enchufar un barril de Fábrica Maravillas, que acababa de abrir a la vuelta de la esquina. Buen gesto. Fábrica Maravillas e Irreale son teóricamente competencia, pero así es esta naciente escena: incluso entre competidores el ambiente es de una gran familia feliz. ¿Durará el amor? Seguramente, los jugadores del negocio están viendo que habrá oro, especialmente dado el lucrativo mercado en el extranjero. Y una vez el dinero se fortalezca, la atmósfera cambiará. De momento, disfrutemos del ambiente colegial.
Y si lo que buscas es un lugar para ir después del irreale, la Fábrica Maravillas está solo a unos minutos (algo más si ya vas con el punto).