El Maravilloso Jardín de Portugal
No es de extrañar que una isla que se nombre Madeira, llamada así por la cantidad de árboles que poseía, materia prima para fabricar barcos, casas y demás menesteres para las conquistas portuguesas, pueda albergar un Jardín Botánico de una exuberancia tan impresionanante.
Por momentos, por rincones, nos sentimos inmersos en los jardines coloniales de Brasil, con especies tropicales de gran tamaño que sólo podrían darse en condiciones muy especiales y que cobijan construcciones como el pequeño museo de animales disecados pertenecientes a la familia Reid, propietaria de los terrenos donde se asienta el Jardín.